Congreso Constituyente del Estado de México
Libro 1° de 1824. Ramo secreto
Transcripción
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Actas secretas del Congreso del Estado libre de México, año de 1824
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Sesión secreta extraordinaria de 11 de marzo de 1824
Se comenzó a las seis de la tarde, leyéndose un oficio del gobernador del Estado en que pide la sesión secreta extraordinaria para dar cuenta en ellas del asunto que la motivaba.
Se presentó inmediatamente el gobernador del Estado, y puso de manifiesto un plan, y una proclama subscritos por José Cristóbal Ximenes Mejía, ambos contraídos a promover una revolución contra los Españoles: un oficio de Vicente Gómez dirigido al Comandante de San Ángel, y una carta de Sabedra, conductor de los documentos referidos, también para el Comandante de San Ángel, quien dio cuentas con todo al expresado Señor Gobernador. Expuso que por su parte había dictado cuantas medidas de precaución le parecieron convenientes, para evitar la propagación de semejantes ideas y orden a Toluca para que se asegurase a Sabedra, si se encontrase allí, según aviso el comandante de San Ángel: que lo ponía todo en conocimiento del Congreso por parecerle un caso extraordinario y de trascendencia si estallaba la revolución anunciada. Hubo una larga discusión sobre la materia y se acordó: que pase a una comisión especial con todos los documentos para que abra dictamen; y que al gobernador se dé oficie reservadamente para que siga tomando las providen
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cias más conducentes, y espere alguna resolución del Congreso, si acordase que deba darla. Se entregaron a la Comisión todos los documentos y la componen los señores Guerra (D. B.) Jáuregui y Nájera. Se abre la sesión a las siete de la noche.
Firmas y Rúbricas
José Francisco Encina, Presidente
Joaquín Villa, Diputado Secretario
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Sesión secreta ordinaria de 5 de marzo de 1824
Se abrió sesión avisando el Señor Presidente que los jueves de cada semana debe tenerse sesión secreta, y que por no haberse ejecutado ayer se verificaba en este día.
Por disposición del mismo Señor Presidente, hizo el secretario una indicación relativa a informar a los señores Diputados que no estaban impuestos de la materia que debe tratarse. En seguida se leyó el dictamen de la comisión especial nombrada en la sesión anterior para abrir dictamen sobre la conducta que debe observar el Congreso con respecto a la revolución que amagó según el plan y proclama de Ximénez Mejía.
El Sr. Figueroa hizo algunas observaciones sobre que el Congreso le daría una publicidad al plan de los sediciosos cual no podían darle sus mismos autores, si se adoptaba en todas sus partes el dictamen.
El Sr. Nájera apoyó lo expuesto por el Sr. Figueroa; pero pidió se declarase antes si estaba a discusión el dictamen: se preguntó y se declaró del momento.
El señor Jáuregui coincidiendo con el Sr. Figueroa, aprobó sus reflexiones y manifestó que ellas no se oponían del todo al dictamen. Continuó una larga discusión en que cada uno de los señores Diputados esforzó más o menos sus razones para convencer, resultando
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por conclusión que el dictamen fue aprobado con algunas modificaciones que sufrió en los términos siguientes.
La Comisión especial nombrada para examinar y meditar sobre el nuevo plan de revolución dirigido por José Cristóbal Ximénez de Mejía, y que parece ha aceptado ya, y jurado en Chaucingo el Comandante de división del ejército permanente Vicente Gómez, llevando al cabo, y adelantando las ideas extraviadas y criminales del Brigadier Hernández; Dice que si otro proyecto se generalizara por algunos Estados de la Federación, o por algunos territorios o partidos de ellos, se pondría en gran peligro el orden y tranquilidad pública de que tanto necesitan hoy los mismos Estados para constituirse según el sistema establecido. Así es porque siendo el contenido del referido Plan demasiado seductor, respecto de los ignorantes o alucinados, y de los ambiciosos, y perversos, es muy probable que, adaptándolo bárbaramente, comience la persecución de los europeos, el ataque a sus propiedades, la agresión a todos los que intenten oponerse a miras tan extraviadas y criminales, y por último la Anarquía más desastrosa y una guerra civil que complete nuestra ruina.
Y siendo indispensable precaver por todos medios y alejar en lo posible
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tan graves males, parece a la comisión demasiado urgente, que el congreso prepare a los habitantes del Estado, a que desahogan y resistan a semejantes planes abierta y claramente, si ellos se publican o extienden o disimulada y generalmente si permanecieron en amago solamente tan desatinados proyectos.
Quiere decir la Comisión que podrá hacerse por ahora un manifiesto a los habitantes del Estado con motivo de la instalación del Congreso, inspirándoles confianza exhortándolos a que se presten dóciles a la benéficas leyes que va a dictar en beneficio y utilidad común y para el arreglo y adelanto de las ramos de la administración pública: de modo que haciéndoles formar ideas halagüeñas , con respecto al sistema establecido, estén preparados para despreciar y aun oponerse a cualquiera planes, o proyectos que se dirijan a turbar el orden y tranquilidad pública.
Este pensamiento que podrá desde luego ponerse en planta en el Estado actual de cosas, puede reducirse después al contrariar abiertamente las ideas de los nuevos revoltosos si ellas se hicieron más públicas y comunes. Y entre tanto, será conveniente que el Gobernador del Estado tome las providencias de precaución que estén a sus alcan
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ces y quepan en sus facultades, haciendo por medio de las autoridades civiles subalternas, que se establece una policía exacta de vigilancia, para descubrir y perseguir a los sospechosos de seducción asegurándolos siempre que se presenten tales, por unas fundadas conjeturas; poniendo así en práctica la Ley que previene la detención de cualquier ciudadano, que por fuertes sospechas de delito se hace merecedor de ella.
Por tanto, la comisión opina, que el Congreso podrá en las circunstancias adoptar las providencias siguientes.
1ª Que se desenvuelven al gobernador los documentos que puso en manos del Sr. Presidente quedando copia en la comisión, diciéndole que queda impuesto el Congreso de las providencias de precaución y seguridad que ha tomado, para que otro plan no circule entre los habitantes del Estado, y que por ahora continúe dictando las providencias convenientes para asegurar la tranquilidad pública, teniendo siempre presente la Ley de las Cortes de España adoptada en la Nación de 11 de septiembre de 1824.
2ª Que desde luego se haga por el Congreso el manifiesto que queda indicando con motivo de
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la instalación y para preparar a los pueblos a que se presten dóciles al cumplimiento de las Leyes, despreciando las ideas contrarias, que algunos perversos puedan oponer con miras reprobadas.
Así opina la comisión, pero el Congreso determinara lo que estime más arreglado. México y marzo 5 de 1824.
Se mandó sacar copias de los documentos presentados por el gobernador, y se entregaron a los secretarios para que se archiven.
Se levanta la sesión a la una y media de la tarde.
Firmas y Rúbricas
José Francisco Encina, Presidente
Joaquín Villa, Diputado Secretario
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Sesión secreta del lunes 8 de marzo de 1824
Se dio cuenta con dos oficios del gobernador del Estado, en que inserta otros del Secretario de Relaciones, referentes a que el Supremo Poder Ejecutivo, queda enterado de los decretos para la organización provisional del gobierno interior de este Estado y del nombramiento del Gobernador, su Teniente y Consejeros reservándose a hacer las observaciones que se le ofrezcan sobre ambos decretos.
El Sr. Presidente manifestó que dejaba a la deliberación del Congreso el resolver si estos oficios merecían presentarse en sesión secreta.
El señor Figueroa expuso que al Presidente y Secretarios tocaba exclusivamente calificar los asuntos que por su naturaleza merecen tratarse en sesión secreta: que el presente lo contemplaba así, para la trascendencia que pudiera tener en el Publico el tratarse de una competencia que al parecer se presentaba entre el Supremo Poder Ejecutivo y este Congreso con respeto a la indicación del primero sobre hacer observaciones a los Decretos; pero que otro Sr. Presidente obrando con demasiada discusión para el mejor acierto pedía lo declarase el Congreso.
El Sr. Guerra (D. B.) dijo: que se aguardasen las observaciones.
El Sr. Jáuregui: que se declarase si el asunto se trataba en sesión secreta.
El Sr. Nájera: que podían
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hacerse las observaciones que parecieran convenientemente antes de declararse si debían ser secretas.
Se preguntó y fue declarando que se hicieron en sesión secreta.
El Sr. Cásela dijo: que la cuestión debía reducirse a declarar si el Congreso se conformaba con lo expuesto por el Supremo Poder Ejecutivo o se le iba a la mano.
El Sr. Mora opinó: que debía contestarle al Supremo Poder Ejecutivo para que se abstuviese de hacer observaciones a los Decretos, puesto que no tiene facultad para ello, ni el Congreso debe permitir en ningún caso que se afecte en manera su dignidad.
El Sr. Guerra (D. B.) que debía esperarse a que el Supremo Poder Ejecutivo haga las observaciones que ofrece en cuyo caso deliberaría este congreso si debía o no hacerlas, puesto que pudieran suceder que otras observaciones pugnen con las atribuciones del Congreso.
El Sr. Jáuregui: que aunque todo ciudadano tiene acción popular para hacer observaciones sobre las leyes que se dicten; el Supremo Poder Ejecutivo revestido del carácter de Supremo Gobierno no tiene facultad de hacer tales observaciones y dirigirlas al Congreso, porque puede por este medio entorpecer el curso de las leyes; y sobre ponerse al mismo Congreso que no está sujeto a semejantes inventivas: que por lo mismo no se debe pasar por las observaciones; pero que se avise secretamente al Congreso general de la federación para que contenga en los límites de sus atribuciones al Supremo Poder Ejecutivo.
El Sr. Mora hizo
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la proposición siguiente. Pido se conteste al Supremo Poder Ejecutivo que el derecho de hacer observaciones sobre las Leyes, es propio de todos los ciudadanos; pero que el Congreso del Estado no permitirá que a pretexto de semejantes observaciones se entorpezcan sus providencias.
El Sr. Nájera dijo: que según la discusión convenía una comisión para que revisando los dos oficios que la motivaron y las proposiciones de los señores Jáuregui y Mora, abriesen dictamen y lo presentase a la deliberación del Congreso.
Se nombró una comisión especial compuesta de los Señores Jáuregui, Guerra, Mora y Martínez, quienes avisarán el día que hayan de presentar el dictamen.
El Sr. Mora preguntó: si debía esperarse la sesión secreta ordinaria del jueves para dar (…) o se hacía en extraordinaria.
El Sr. Jáuregui pidió: que fuese en extraordinaria para ser importante el resolver con prontitud antes que el Supremo Poder Ejecutivo dirija sus observaciones y comprometa al Congreso a nueva Contestación.
El señor Nájera dijo: que la comisión avisaría cuando hubiese acabado sus trabajos; y que el Presidente resolvería si se tenía sesión extraordinaria o se aguardaba a la ordinaria. Así quedo acordado, y la comisión recibió los documentos ya citados.
Se levantó la sesión a las doce y media del día.
Firmas y Rúbricas
José Francisco Guevara, Presidente
Joaquín Villa, Diputado Secretario
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Sesión Secreta ordinaria del jueves 11 de marzo de 1824
Se leyó la Acta del 4 y quedo aprobada, con la adición que hizo el Sr. Jáuregui de que conste en ella los nombres de los señores de la comisión nombrada en aquella sesión.
Se leyó igualmente el acta del día 5 y el Sr. Jáuregui quiso que se insertase en ella el dictamen de la comisión. El Sr. Guerra que el Congreso declarase si los planes que en copia tiene la Comisión se devolvieron a la Secretaria. El Sr. Mora opinó que debía efectuarse así. El Sr. Nájera que se entreguen a los Secretarios. El Sr. Mora que se lea en otra sesión secreta para que constando las adiciones que se han explicado se apruebe, así quedo acordado.
Se leyó el acta del día 8 y el Sr. Jáuregui dijo que no estaba comprendido en la Comisión el Sr. Martínez: si dijo que sí y quedo aprobado.
Se leyó el dictamen de la comisión y se pidieron los oficios relativos: El Sr. Guerra (D. B.) ofreció entregarlos por no estar a mano. Se preguntó si se debía entrar a discusión, y el Sr. Nájera advirtió que el dictamen no estaba fundado para que se comente lo presenta la comisión.
Los señores Jáuregui y Mora contestaron que las razones estaban expuestas.
El Sr. Guerra (D. B.) que las atribuciones del Congreso del Estado y el General no estaban asignadas.
Se preguntó si se discutía y se acordó que sí.
El Sr. Jáuregui expuso entonces que todos los señores
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de la Comisión convinieron en el dictamen expuesto; pero sin especificar los fundamentos, porque cada uno por distintos principios se convencía de la utilidad del dictamen y creían con prudencia que debían esperarse las observaciones que haga el supremo Poder Ejecutivo.
El Sr. Guerra (D. B.) que las comisiones fundan sus dictámenes y que los que discutan de la resolución funden su voto particular.
El Sr. Martínez opinó con el Sr. Nájera.
El Sr. Laso de la Vega: que el asunto de que se trata podía ser de la mayor importancia o de ninguna: que el Supremo Poder Ejecutivo, podía hacer observaciones sobre los layes generales, y en este caso debe oírsele; que puede hacerlas en obsequio de este Estado y honor del Congreso, y en este se le debe agradecer; pero que se las hace con autoridad que no tenga, entonces reusaría este Congreso el recibirlas o se le reconvendría.
El Sr. Mora dejo: que esa misma en su opinión, y que repetía, que el Supremo Poder Ejecutivo, está autorizado para hacer observaciones sobre el cumplimiento de las Leyes generales; más no de las particulares del Estado.
Se declaró bastantemente discutido y quedó aprobado el dictamen.
Se aprobó igualmente la proposición del Sr. Mora que dice. “Pido que la comisión de Policía abra dictamen sobre el local en que deba tener sus sesiones del Congreso”.
Se leyó
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una proposición del Sr. Piedras y habiéndose discutido sobre si se debía tratar en sesión secreta, fue aprobado que no.
Se levantó la sesión a las dos de la tarde.
Firmas y Rúbricas
José Francisco Encina, Presidente
Joaquín Villa, Diputado Secretario
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Sesión Secreta ordinaria del viernes 15 de marzo de 1824
Se leyeron las Actas de 5 y 11 del corriente y quedaron aprobadas.
Se dio cuenta con un oficio del gobernador del Estado en que inserta otro del comandante general de Puebla, participando que una partida de ladrones, se preparó a asustar la (…) de platas que salga de esta capital.
El señor Nájera opinó que debía contestársele de enterado.
El Sr. Jáuregui; que el gobernador hacia mal en creer que no es de las atribuciones del Congreso el dictar providencias para la seguridad pública.
El Sr. Mora: que el gobernador decía muy bien para que al Congreso toca dictar leyes, y a otro gobernador hacerlas obedecer: que la persecución de los ladrones toca a la ejecución de la Ley.
El Sr. Guerra (D. B.) pidió leyese de nuevo el oficio, y después de ejecutado dijo: que ya tenía conocimiento el Supremo Poder Ejecutivo; pero que ya tenía conocimiento el supremo Poder Ejecutivo; pero que, si no se habían tomado las medidas necesarias, debía dictar algunas el Congreso.
El Sr. Figueroa: que el gobernador había hecho lo que debía, y que el Supremo Gobierno no se descuidaría puesto que exclusivamente le está encargada la seguridad pública.
El Sr. Jáuregui: que debía tratarse sobre una Ley general para la persecución de todos los ladrones.
El Sr. Figueroa;
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que se resolviese el punto pendiente, y después se harían proposiciones.
El Sr. Cásela: que al Congreso toca el conocimiento de este negocio.
El Sr. Nájera: que el gobernador habla de un hecho particular.
El Sr. Figueroa: insistió en que no se ocupase el Congreso de este asunto, por ser puramente gubernativo.
El Sr. Mora: que el gobierno necesitaba más energía que leyes.
El Sr. Cásela insistió en su opinión.
El Sr. Guerra (D. B.) hizo presente, que ya en el proyecto orgánico provisorio se le decía al gobernador que comunicase las providencias.
El Sr. Mora dijo: que se equivocaba el Sr. Guerra y otro Sr. Aclaro su concepto.
El Sr. Jáuregui y Cásela hicieron una proposición que, discutida entre sus autores, Mora y Fernández, se redactó como sigue. “Que se conteste de enterado al Gobernador y que el Congreso deje a su calificación, el comunicar a esta Asamblea las ocurrencias de esta es otra clase que exijan alguna providencia legislativa”. Quedo aprobada.
Se presentó el dictamen de la Comisión de Policía sobre el local que debe ocupar este Congreso, y el voto particular del Sr. Figueroa sobre lo mismo, y se mandó reservar su discusión para la primera sesión secreta.
El Sr. Jáuregui habló de los excesos que ha cometido la guardia de este Congreso, estando al Sr. Presidente
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para que diese ordenes conducentes a evitarlos: Apoyo el Sr. Guerra (D.B.) y el Sr. Figueroa contestó que estos males tienen su origen desde el reglamento bajo que se han formado los cívicos, porque no hay subordinación, y que, si el oficial que entre la guardia no evita semejantes excesos, él es el responsable y no hay otro que los remedie.
El Sr. Jáuregui; que la milicia estaba compuesta de gente que no debía ocuparse en ella.
El Sr. Martínez; que sería más a propósito reducir la guardia a cinco hombres, y no dejarla de (…) como esta.
Los Señores Velasco, Guerra (D. B.) y Piedras desistieron y el segundo dijo que el Sr. Presidente se (…) al Sr. Molinos.
El Sr. Jáuregui: que se diese por el Sr. Presidente una orden reservada a los oficiales.
El Sr. Figueroa que no se podía dar esa orden reservada, porque cualquiera que sea, debe saberla la guardia para no quebrantarla, y para transmitirla de unos a otros diariamente: que en el caso convenía hacer algunas prevenciones a los oficiales del guardia y avisar a sus jefes los excesos que cometen para que ellos pongan remedio. Así quedo acordado y se levantó la sesión.
Firmas y Rúbricas
José Francisco Encina, Presidente
Joaquín Villa, Diputado Secretario
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Sesión secreta ordinaria del jueves 18 de marzo de 1824
Leída el acta de la sesión del día 15 quedo aprobada se puso a discusión el dictamen de la comisión de Policía, y se leyó el voto particular del Sr. Figueroa relativo al local que debe ocupar el Congreso, y el Sr. Cásela dijo: que como primer autor del asunto que se versa convenía mandar una comisión al Supremo Poder Ejecutivo que en lo extrajudicial se pidiese para este congreso las habitaciones, piezas del Palacio que están sin uso alguno.
El Sr. Velasco: que había tocado el asunto ante el Sr. Domínguez, quien se ofreció a hacer indagaciones sobre el particular; pero que no sabía aun el resultado, y que podía esperarse; si se quería que por esos medios se asegurase con anticipación de la resolución del gobierno.
El Sr. Guerra (D.B) se opuso al dictamen añadiendo que ya se anunciaba que el Palacio se declararía de la federación.
El Sr. Valdovinos: que se accediese a la propuesta del Sr. Velasco y aguardase, para discutir el punto en otra ocasión.
El Sr. Jáuregui: que se hizo la proposición antes de la instalación del Congreso, y no se consiguió más de perder tiempo, y que lo mismo sucediera ahora.
El Sr. Cásela apoyo de nuevo el dictamen.
El Sr. Jáuregui indicó: que podía pensarse en el edificio de las Betlemitas.
El Sr. Guerra (D.B.) que las razones del Sr. Figueroa estaban bien fundadas y que por lo mismo opinaba por el voto particular que había presentado.
El Sr. Cásela: que tam
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bién convenía mirar para la comodidad de los Diputados cuya consideración no podían tener los que viven inmediatos a este edificio.
El Sr. Figueroa contesto que era uno de los que vivían más retirados, y nunca eso se induciría a buscar para sí la mejor comodidad, porque está convencido de que, por obligación lo mismo que los demás señores le deben ese y otros mayores servicios la Patria; y que por lo mismo insistía en su voto particular.
Se declaró suficientemente discutido y se leyó la primera proposición.
El Sr. Mora pidió que se leyese primero la segunda y habiéndose convenido en ello la Comisión así se efectuó dice así, se pedirá al Supremo Poder Ejecutivo aquella parte del Palacio que y siendo inútil a sus necesidades ofrezca la comodidad necesaria para el salón y oficinas del Congreso del Estado.
El Sr. Nájera dijo: que vive más lejos que todos; pero que, sin embargo, no opina que se pida el Palacio.
El Sr. Cásela que se asentase en la acta el que no había declaración sobre el Palacio de la federación, puesto a votación el artículo quedó aprobado, salvando un voto los señores Cásela y Villa.
Se leyó la segunda proposición que dice así, no se adoptará para local del Congreso del Estado la finca municipal que hoy ocupa el Intendente.
El Sr. Villa expuso que sería preciso (…) de aquel edificio al Ayuntamiento que actualmente lo ocupa para sus cabildos o el Congreso ocuparía un lugar in
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terior.
El Sr. Nájera dijo: que no convenía echar al Ayuntamiento, y que el asunto podía reservarse.
El Sr. Fernández opinó de igual modo añadiendo que no hay dinero para los gastos que exige su composición.
El Sr. Figueroa; que, reservando el asunto por tiempo indeterminado, sería únicamente para (…), y el congreso se haya en el caso de resolver alguna cosa ya sea la aprobación o reprobación del dictamen por ser urgente el fijar su establecimiento en alguna parte.
El Sr. Jáuregui: que le parecía ser de reglamento discutir el voto particular si se reprobaba el dictamen.
El Sr. Mora: que vuelva a la Comisión.
El Sr. Nájera: que no hay un derecho declarado expresamente para exigir el Palacio.
El Sr. Cásela: que el propietario debe pedir lo suyo cuando quiera.
El Sr. Nájera: que no hay ese derecho.
El Sr. Cásela: que en prueba de su opinión y para satisfacer la duda del Congreso se diga: si el Palacio de Guadalajara es el de la Federación.
El Sr. Mora: que ya el Sr. Nájera había indicado que la preposición desechada no debe discutirse.
El Sr. Jáuregui: que se fijase la proposición aclarándose cual sea el punto que se discute y declarándose inmediatamente que estaba en estado de votar fue dese
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chado en todas sus partes el dictamen de la comisión.
Se entró a discutir el voto particular del Sr. Figueroa, y se leyó la única proposición que dice así. Que el Supremo Poder Ejecutivo, según ofreció a la extinguida Diputación Provincial mande se entregue el edificio de la Inquisición a disposición del Congreso de este Estado para que disponga del cómo le convenga.
El Sr. Nájera dijo: que este declarado que la Inquisición es de la federación.
El Sr. Cásela se opuso a la proposición.
El Sr. Fernández indicó que el Congreso podría trasladarse al Espíritu Santo.
El Sr. Figueroa expuso que como no estaba seguro de que se opinión fuese la mejor, tampoco se empañaría en que se aprobara su parecer; pero que impregnado de las ideas vertidas en su voto particular las presentó para que fuesen examinadas por el Congreso, y protestaba de nuevo no oponerse a lo que se resolviese definitivamente.
El Sr. Guerra (D.B.) insistió en que se pida la Inquisición.
El Sr. Mora fue del mismo sentir: añadiendo que al Congreso no le importa saber si se vende o no con tal de que se le entregue para los usos que la necesita.
El Sr. Velasco apoyó a los señores preopinantes expo
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niendo que el Supremo Poder Ejecutivo ofreció terminantemente entregar cualquiera otro edificio que no fue el Palacio.
El Sr. Cásela propuso que se le pida al Gobernador otro edificio sin designarlo el Congreso.
Se declaró estar suficientemente discutido, y quedo aprobada la proposición levantándose la sesión.
Firmas y Rúbricas
José Francisco Encina, Presidente
Joaquín Villa, Diputado Secretario
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Sesión secreta ordinaria de lunes 22 de marzo de 1824
Se leyó el acta de la sesión secreta ordinaria del jueves 18, y quedo aprobada.
Se dio principio a la sesión tomando la palabra el Sr. Jáuregui; quien dijo: que no creía cumplir con las obligaciones de Diputado, sino hiciera presente al Congreso los acontecimientos ocurridos en el Jurí del día anterior: que ha sido libre desde mucho tiempo, y ama mucho la libertad; pero que respeta y deben respetarse las autoridades. Que se ha visto con escandalo la falta de respeto que manifestó la multitud de individuos que concurrieron a otro Jurí; y que las principales autoridades se desentienden en los principios cierta será nuestra ruina, concluyendo con que deben dictarse algunas medidas de precaución para evitar semejantes males en lo sucesivo, aunque lo pasado quede ya ejecutado.
El Sr. Nájera dijo: que el preopinante debe hacer la proposición que guste para que se pueda discutir con acierto y sin vaguear.
El Sr. Jáuregui repuso que es una verdad, los males que se están percibiendo; pero que esas faltas son promovidas por los mismos que intentan reprimir la libertad de imprenta para
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cortamos la carrera de la libertad con gravísimo perjuicio de la sociedad; por cuya razón el Congreso debe tomar en consideración esta moción que hace, no solo para precaver los males sucesivos sobre lo ocurrido en el recitado Jurí de ayer; sino también para evitar que el Congreso general nos prive de los jurados (como ya se anuncia) que se considera como el asunto moral de nuestra libertad; en cuya virtud fijó la proposición siguiente. Que suponiendo como supone este congreso vigilante al gobernador del Estado, en todo lo que respecta a su tranquilidad, espera que tomara las medidas de precaución que estime convenientes para evitar que se repitan excesos iguales a los que se cometieran en el Jurí del sábado procurando que las autoridades obren con libertad y sean respetadas. Se le dio primera lectura, y concluyo diciendo que los verdaderos liberales deben interesarse en evitar la pérdida de la libertad de imprenta.
El Sr. Nájera dijo: que
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este asunto debe tratarse públicamente y se acordó que no.
Se levantó la sesión a las doce y mediodía.
Firma y Rúbricas
José Francisco Encina, Presidente
Joaquín Villa, Diputado Secretario Rubrica
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Sesión secreta ordinaria del martes 23 de marzo de 1824.
Se comenzó la sesión pidiendo la palabra el Sr. Villa, y exponiendo que tenía noticia cierta de que en el Congreso general se estaba tratando de que el Supremo Poder Ejecutivo continuase con las facultades extraordinarias, que tenía concedidas hasta rozarse con los Poderes de la Federación; y que por lo mismo hacía la proposición siguiente, que, si se conceden al Supremo Poder Ejecutivo facultades extraordinarias, sean aquellas que no pugnen con la Acta Constitutiva.
El Sr. Mora pidió que se oyera para todos los Señores Diputados.
El Sr. Jáuregui dijo: que el Sr. Villa explicase la proposición a que contesto como antes.
El Sr. Mora dijo: que es positivo lo expuesto por el Sr. Villa y que el Supremo Poder Ejecutivo se está excediendo en sus facultades, que por lo mismo conviene en la proposición añadiendo que el gobernador del Estado tiene algunas noticias que comunicar a este Congreso relativas a sus respectivas atribuciones que son atacadas por el gobierno: que se trata de extinguir la federación, y que conviene evitarlo, tomando desde luego providencias muy acertadas y se consideración.
El Sr. Jáuregui dijo: que ya en otra ocasión se han indicado estas inclinaciones, y que la dignidad de este Congreso
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ha impedido que se den nuevos pasos: que, sin embargo, de anunciar otras posteriores, que el Supremo Poder Ejecutivo puede dar, con fines torcidos, que avanzaran a destruir el sistema adoptado, este Congreso es el comprometido y no debe consentir que pasen adelante tales vicios, pues el Gobierno ha tomado conocimiento hasta en cosas pequeñas que lo hacen ridículo.
El Sr. Nájera dijo: que conviene en la proposición; porque no en mandar Comisión por no estar en el orden que se revele lo que se trata en sesión secreta.
El Sr. Villa dijo: que era de parecer que amigablemente se acerque la Comisión al Sr. Ibarra, quien esta instruido del punto de que se trata y pronto a dar conocimiento sobre él.
El Sr. Jáuregui dijo: que sería bueno que igualmente se instituyera al Congreso general secretamente de lo que deliberada este sobre la materia, porque juzgaba muy importante oponerse en tipo a los abusos, como también el que se destine una Comisión del seno de este Congreso que acercándose al general pueda caminar de conformidad y sostener a toda costa la carta de la libertad.
El Sr. Guerra D. Benito apoyó la proposición añadiendo que no es de riguroso secreto lo que tratan en el Congreso general y que puede adoptarse.
Se pre
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guntó si estaba suficientemente discutida se acordó que sí, y se nombró la Comisión compuesta de los Sr. Mora Villa y Nájera.
El Sr. Mora pidió que la Comisión se encargue de abrir un dictamen sobre todos los puntos que se habían tratado en la discusión.
El Sr. Guerra (D. Benito) dijo: que supuesto que el Gobernador tenía que comunicar cosas relativas al asunto de que se trata, se le pidan para que la Comisión las tenga a la vista y pueda formar con todo acierto su dictamen.
El Sr. Mora dijo: que el gobernador lo ha dicho públicamente.
El Sr. Jáuregui fue su opinión que se acercara uno de los Sr. Diputados al Gobernador, para que este le instruyera de cuanto le ocurriera sobre el particular.
El Sr. Mora pidió que se agregue a la Comisión nombrada al Sr. Jáuregui por los conocimientos que tiene y así quedo acordado.
En seguida se leyó un oficio del Sr. Bustamante (D. Carlos Ma.) (…) del día en que a más de contestar al que le dirigieron los Señoríos de este Congreso con la 2º, acompañándole las instrucciones acordadas para los Diputados al General. por este Estado, comunica los malos resultados que puede tener la absolución dada en el 2º Jurí, al papel titulado el Coyote y que tiene la Nación
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enemigos que tratan de privarle de la libertad, indicando que este Congreso toca poner el más pronto y eficaz remedio.
El Sr. Jáuregui dijo: que retira la proposición que hizo en la anterior sesión acerca de que el Gobernador tome las medidas oportunas, para evitar en adelante otro escándalo como el de el recitado Jurí del sábado y que el Congreso resolverá lo que guste sobre este punto.
El Sr. Mora dijo: que la libertad de imprenta está totalmente sujeta al Congreso general y no toca a este tomar parte en el asunto.
El Sr. Guerra (D. Benito) dijo: que el Congreso que ha nombrado ya una comisión que trate de la materia.
El Sr. Mora pidió; que se volviera a leer la proposición del Sr. Jáuregui: y que se ejecute.
El mismo repitió: que toca este punto al Congreso general según el acta constitutiva, y que aun el gobernador se ofendería de que se le instruyera su punto que no son de sus atribuciones.
El Sr. Nájera leyó de nuevo el citado oficio del Sr. Bustamante y dijo que a su parecer no tenía mucho fundamento.
El Sr. Jáuregui repuso, que, aunque el Sr. Bustamante no hable con propiedad que se tenga presente lo que ha expuesto el preopinante.
El Sr.
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Fernández dijo: que es verdad que han ocurrió algunos excesos en el recitado Jurí: pero que estos dimanan de los vicios del Reglamento y que inconcusamente el remedirlo toca únicamente al Congreso que.
El Sr. Jáuregui dijo: que el reglamento es bueno y liberal y que por lo mismo hay un empeño por los serviles para destruirlo y extinguir el establecimiento de los jurados, tan útiles como necesarios, y que estos mismos interesados conducen las turbas del pueblo para que cometan desordenes y tomarlos por pretexto.
Se volvió a leer de nuevo la proposición retirada del Sr. Jáuregui y el Sr. Guerra (D. Benito) la hizo suya.
El Sr. Nájera dijo: que no era asunto de sesión secreta: que se podía tratar sin recelo alguno, en sesión pública.
El Sr. Villaverde dijo: según el Sr. Bustamante había indicado, el Supremo Poder Ejecutivo pudo evitar los males sucedidos y que cuando este no lo hizo, tampoco debe comprometerse a este Congreso el que no debe ocuparse en este asunto.
Habiéndose acordado por este Congreso fuese pública la discusión de la proposición del Sr. Jáuregui, que hizo suya el Sr. Guerra (D. Benito) el Sr. Jáuregui dijo, que en este caso no retiraba su firma.
Se levantó la sesión
Firmas y Rúbricas
José Francisco Encina, Presidente
Joaquín Villa, Diputado Secretario
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Sesión secreta ordinaria del viernes 26 de marzo de 1824.
Leídas y aprobadas las actas de las sesiones secretas de los días 18 y 22 del corriente fueron aprobadas; y se dio principio a la sesión leyendo el dictamen de la Comisión Especial para examinar la proposición del Sr. Villa y representación para el Congreso General.
El Sr. Jáuregui dijo que respecto en que el punto de que se trata en general para la Federación, el Congreso debe tomarlo en consideración, y que se pregunte si ha lugar a votar.
El Sr. Cotero repuso que siendo de gravedad el asunto que se vería, es de parecer se reserve la discusión hasta para la otra lectura, para caminar con más acierto.
El Sr. Jáuregui expuso, que siendo muy urgente el asunto, conviene tomarlo luego en consideración el Congreso que, aunque por una parte es grave, por la otra lo encuentra demasiado sencillo; pues es claro que las facultades del Supremo Poder Ejecutivo están excedidas que el punto de la cuestión.
El Sr. Manuel dijo: que todo cuanto se ha dicho, ya se discutió en la anterior sesión; que el gobernador está bien informado de esto se ha anunciado a este Congreso y que, si no ha dado cuenta, ha sido sin duda por sus enfermedades.
El Sr.
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Cotero dijo: que él no se oponía al Dictamen; pero que debía discutirse con calma, según previene el Reglamento adoptado, pues no considera tan urgente, que se dejen correr los trámites regulares, así como se hizo cuando paso a la Comisión que ha entendido en el asunto; y por último que él no quiere que el Congreso se precipite nunca en sus deliberaciones.
El Sr. Velasco dijo: que ya en otra sesión ha indicado, y ahora repite que el Gobierno está llano a dar lugar al Congreso en el Palacio, y que se adhiere a lo que tiene dicho el Sr. Cotero.
El Sr. Mora dijo: que por ahora lo que se trataba de saber era si se discutía o no el punto, y que, a su tiempo, satisfacía el Sr. Velasco con los datos que sobre la materia tenía.
El Sr. Jáuregui insistió y repitió lo que antier tenía dicho.
El Sr. Presidente tomó la palabra y dijo: que el Reglamento esta terminante, y que, según él, no debía discutirse el punto hasta pasados dos días.
El Sr. Villaverde apoyó lo dicho por el Sr. Jáuregui y repitió que en su concepto importaba mucho que el punto de discutiese en el momento.
EL Sr. Jáuregui repuso: que así lo tenía declarado el Congreso desde que lo mandó parar a la Comisión
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con calidad de urgente.
El Sr. Mora convino con lo dicho por el Sr. Jáuregui.
El Sr. Guerra (D. Benito) dijo: que, aunque es verdad que el asunto es de gravedad, y de consiguiente urgente; pero como que no había una constancia bajo la firma del gobernador que lo comprobaría, de otra persona fidedigna, podían variar las circunstancias, y encontrarse el Congreso entonces descubierto, por lo que era de parecer se pidieran al Gobernador los documentos que tuviera sobre la materia y venida que fueran resolver.
El Sr. Mora dijo: que no debía desconfiarse de una persona; que él fue comisionado para averiguarlo, y que cuando lo dicho, ha sido por la certeza y datos positivos que tiene de ello.
El Sr. Guerra (D. Benito) dijo: que él no desconfiaba de la palabra del Sr. Mora: que solo hacia presente al Congreso su opinión por lo que pudiera importar.
El Sr. Jáuregui repuso: que ya está bastantemente calificado con lo que la Comisión tiene averiguado y que no se necesitaba de otros comprobantes.
El Sr. Nájera dijo: que no se trataba de si era cierto, cierto o no; sino de si la discusión era del momento.
Se entró a ella, y salvaron su voto los señores. Cotero, Valdovinos, Figueroa y Velasco, habiendo hecho lo mismo
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a los dos últimos en los demás artículos.
El Sr. Mora explayo los fundamentos del Dictamen y de la representación.
El Sr. Jáuregui dijo: que en tiempo pasados cuando los líderes se presentaban con mucho magisterio contra los abogados, se degradaban por ese hecho; y que así le sucedía ahora al Supremo Poder Ejecutivo en estos acontecimientos.
Se entró a votación del 1er artículo, que es como sigue, “Que no del Gobernador las partes ordinarias de la tranquilidad pública que exige el Supremo Poder Ejecutivo”. Aprobado sin discusión.
Se entró al 2º, y el Sr. Jáuregui dijo: que no contempla decente el que el Supremo Poder Ejecutivo se esté ocupando en que los Colegiales tengan o no, beca cuando tiene objeto tan grande a que atender, en cuyos pormenores no debe entender ni este Congreso, sino sostenerle mandado en el acta constitutiva.
El Sr. Mora dijo: que no cabe la menor duda en que el Supremo Poder Ejecutivo se ha excedido en sus atribuciones, y que a la Comisión no le será difícil probarlo explicándose con bastante extensión, y alego que aún el Congreso General había reservado a este la dispensa un tipo de estudio.
El Sr. Jáuregui leyó de
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nuevo la segunda proposición, y opinó que se redactase en estos términos. Que se prevenga al Gobernador, mande suspender al rector de San Ildefonso la orden sobre variación de traje los Colegiales exigiéndole recibió para su responsabilidad, fue aprobada.
Se leyó la 3ª y el Sr. Jáuregui quiso variar la, a lo que se opuso el Sr. Mora y dijo: que según tiene noticia, el Supremo Poder Ejecutivo ha pedido al Congreso General las facultades extraordinarias, y el parece que es muy peligroso concederlas, porque, puede suceder que se adelante a perjudicar los Estados, y que por esta razón debe este pedirle el General la negativa para cerrar la puerta a los atentados.
El Sr. Fernández dijo; que, aunque está por la opinión de la Comisión, contempla al Congreso que tan interesado como este para mirar por el bien general de la Nación.
El Sr. Jáuregui dijo: que él no está porque se den facultades al Supremo Poder Ejecutivo.
El Sr. Fernández pidió que se redactase la proposición, en otros términos, pues en los que estaba redactada no quedaba satisfecho.
El Sr. Mora replicó: que en su concepto está claro el art.; y que el Supremo Poder Ejecutivo pretende facultades extraordinarias, tal vez para chocar en la Federación.
El Sr. Jáuregui deja: que le parece muy bien se
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redacte el art. en los términos que dijo el Sr. Fernández respecto de que se diese en substancia lo mismo que la Comisión, aunque, en otros términos.
El Sr. Mora dijo: que supuesta la advertencia del Sr. Jáuregui, nada hace al caso, pues lo único de que se trata es, de que al Supremo Poder Ejecutivo no se le concedan las facultades que solicita.
El Sr. Guerra (D. B.) dijo que el Congreso General ha demarcado claramente las facultades del Poder Ejecutivo.
El Sr. Valdovinos propuso, que vuelva la propuesta a la Comisión por estar discordes todos los señores.
El Sr. Jáuregui apoyó.
El Sr. Fernández leyó la proposición de nuevo adicionándola en estos términos.
El Sr. Mora dejo adoptada.
El Sr. Jáuregui dijo: que no podía comprender como podían concederse al Supremo Poder Ejecutivo facultades extraordinarias, sin que se rocen con los de los demás Poderes de la Nación; y que, por lo mismo, es de parecer también que vuelva a la Comisión el artículo.
El Sr. Mora dijo: que el Congreso debe oponerse a las
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facultades extraordinarias, y nada más.
El Sr. Jáuregui dijo: que encontraba una contradicción, y que, sin embargo, de estar adoptada la adición por los señores. Villa y Mora, suspendía su voto en esa parte.
Se declaró suficientemente discutido y estuvo el artículo. a la Comisión.
El Sr. Fernández preguntó si estaba a la discusión la representación que debe dirigirse al Congreso General.
El Sr. Jáuregui contestó, que bien puede discutirse lo relativo a los artículos aprobados, reservando por otra lo que dice la relación con el que se devolvió a la Comisión y que si el Sr. Nájera y Villa accedían a su propuesta quedaría resuelto hacer dos representaciones.
El Sr. Nájera; que bien pueden dividirse, puesto que, sobre dos puntos diferentes, y uno de ellos aún está pendiente.
Así quedo acordado, y se entró luego a la discusión.
Se leyó la representación, y el Sr. Guerra (D.B.) advirtió que no se hablare de los Supremos Poderes, sino contrayéndose precisamente al Supremo Poder Ejecutivo único que se ha accedido en sus facultades y que se anuncie la negativa del Palacio que hizo a la Diputación Provincial.
El Sr. Mora: que el (…) de la represen
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tación se contrae a manifestar la conducta moderada de este Congreso y lo mucho que ha sufrido por no chocar con el Supremo Poder Ejecutivo.
Quedo aprobada la Representación, y se levantó la sesión a la una y media de la tarde.
Firmas y Rúbricas
José Francisco Encina, Presidente
Joaquín Villa, Diputado Secretario
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Sesión secreta ordinaria del lunes 29 de marzo de 1824
Se leyó acta de la sesión secreta ordinaria del viernes 26 del mismo y quedó aprobada.
A continuación, se dio cuenta con un oficio el Teniente Gobernador del Estado (…) 27 del corriente en que acompaña una representación de los Colegiales de San Ildefonso, en que manifiestan no ser de las atribuciones del Supremo Poder Ejecutivo la orden que a su Rector ha comunicado previniendo que vuelvan a usar de manto y verá como antiguamente lo tenían.
El Sr. Jáuregui dijo: deseaba saber en qué estado estaban las representaciones de que se trató en la anterior sesión acerca de las facultades extraordinarias concedidas por el Congreso al Supremo Poder Ejecutivo.
El Sr. Figueroa dijo: que no se había acordado hacer tal representación sobre las facultades extraordinarias concedidas al Supremo Poder Ejecutivo, pues que la proposición del Sr. Villa relativa a que el Congreso que no conceda al Supremo Poder Ejecutivo facultades extraordinarias que pugnen con el acta constitutiva se ha hallaba en la Comisión especial que se nombró para que dictaminase sobre esta proposición.
El
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Sr. Mora contestó que ya estaba hecha la primera representación, y que en primera ocasión lo manifestaría al Congreso.
El Sr. Nájera dijo: que la Comisión no estaba en acuerdo sobre la proposición hecha acerca de las citadas facultades del Gobierno.
El Sr. Jáuregui repuso; que él era el único que había discutido, y que por lo mismo no podía poner en la representación; por que los demás señores. estaban de acuerdo.
El Sr. Nájera replicó: que no había habido tal acuerdo porque se había convenido en una parte de la preposición y en otra no.
El Sr. Mora dijo: que si había habido acuerdo y que al Sr. Jáuregui se había comisionado para que formase la representación.
El Sr. Jáuregui repuso: que él no era agente fiscal y de consiguiente no había de hacer la representación.
El Sr. Mora reclamó el orden y dijo: que siempre que el Congreso declarase un punto cualquiera que fuese y se le mandase encargar de el al que hubiese estado por la negativa, debía hacer cuanto fuese necesario acerca de él, sin que por esto se entendiese que era agente fiscal, que todos estaban en obligación de desempeñar las funciones que le fuesen encargadas.
El
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mismo Sr. leyó la representación antes dicha, y el Sr. Presidente dijo: que le parecía conveniente no se hiciese ningún uso de ella por ahora, sino que se pensaren otros medios más suaves, que no se ocultarían a las luces del Congreso, para lograr el fin a que se dirige, pues podía nombrarse una Comisión que fuese al Supremo Poder Ejecutivo.
El Sr. Mora coincidió en ello.
El Sr. Jáuregui dijo: que era de mucho, pero para él la moción del Sr. Presidente; pero que, con todo, el más bien estaba por la representación por que el día que se instaló el Congreso se había manifestado dignamente no haciendo caso de la orden que comunicó el Supremo Poder Ejecutivo de que se le mandare una Comisión de su seno a darle parte de su instalación. Dejo también que los choques entre las autoridades deben evitarse; pero que de ninguna manera se debe casi obligar al que quiere oprimirle; que él quisiera que se tomase una medida que diese honor y no degradase al Congreso.
El presidente dijo: que de ninguna manera se degradaba el Congreso con mandar una Comisión y por consiguiente no encontraba otro arbitro de conciliación por lo cual estaba a lo otro; pero que bien podía el Sr. Jáuregui proponer los medios que fuesen más oportunos en el caso, pues él estaba resuelto a sostener al Congreso del Esta
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do como lo tiene de obligación; pero que quería evitarse alarmas en el pueblo.
El Sr. Mora fijo la proposición siguiente. “Pido al Congreso nombré una Comisión para que conferencié con el Supremo Poder Ejecutivo (sobre los puntos dudosos) bajo las bases siguientes.
1ª Que se ha de llevar adelante lo acordado en la sesión secreta.
2ª Que para la sucesivo los puntos que, ofrezcan duda se hagan de decidir de acuerdo entre ambas autoridades por medio de conferencias amigables.
Sí sobre algún punto dudoso no pudieren (…) el Congreso y el Supremo Poder Ejecutivo, ninguna de estas autoridades determinará nada sobre el asunto, si no que aguardaran la decisión del Congreso.
El Sr. Jáuregui dijo: que ya tenía manifestada su opinión sobre la primera proposición.
El Sr. Mora dijo: que le parecía, que no se podía discutir una sola.
Declarada que fue del momento se comenzó la discusión.
El Sr. Mora repitió: que parece que se concilia lo que ha dicho el Sr. Guerra con lo acordado: que por otra parte con esta medida se podrá evitar en lo
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sucesivo cualquiera otro choque.
El Sr. Jáuregui dijo: que era necesario votar cada proposición por separado, pues de lo contrario la ve en las proposiciones, otras cosas de que hablara a su tiempo.
Leyó el Sr. Figueroa la 1ª proposición, que dice, “Pido al Congreso nombre de una Comisión para que conferencie con el Supremo Poder Ejecutivo (sobre los puntos dudosos/bajo las bases siguientes)”.
El Sr. Jáuregui dijo: tenía dos partes la proposición que sobre la primera ya había hablado y sobre la segunda lo haría a tiempo oportuno.
El Sr. Nájera dijo: que le parecía que no estaba la proposición de acuerdo con lo que había dicho el Sr. Presidente.
El Sr. Mora dijo: que no se podía evitar la proposición, sin que primero si se ha de entrar o no a lo que diga el Supremo Poder ejecutivo.
El Sr. Guerra (D. Benito) dijo: que no se podía hacer tal votación, y quedo aprobada la primera parte de la proposición, sobre que vaya una Comisión.
El Sr. Nájera dijo: que el principal objeto de la Comisión debe ser solamente el tratar en evitar choque entre el Poder ejecutivo y este Congreso, más por la felicidad general, que para la del Estado.
El Sr. Mora conformándose con lo expuesto
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por el anterior dijo: que, si insistía el Supremo Poder Ejecutivo en sus agresiones, era necesario oponérsele fuertemente.
El Sr. Nájera dijo: que no excluye lo que al antes dijo, de lo que el Sr. Mora ha hablado.
El Sr. Jáuregui dijo: que protestaba a este Congreso que en el momento que se votara tal proposición, era nulo, y que los daños que se siguieran por ella al estado, serían ciertos y seguros.
Reitere el Sr. Mora la segunda parte de su proposición.
El Sr. Guerra/D. Benito, dijo: que mientras no haya constitución que aclare las dudas que pueden ofrecerse acerca de la cuenta de los Poderes Generales y los de los Estados, era imposible que dejase de haber motivos para chocarse unos poderes con otros.
El Sr. Nájera pidió el objeto de la Comisión.
El Sr. Mora dijo: que ya se sabía que era para evitar los choques.
El Sr. Nájera hizo la adición siguiente que la Comisión que esta ya determinado se nombre sea, para que acercándose al Supremo Poder Ejecutivo trate con el sobre los medios de cortar los choques que pueden ofrecerse contra algún Poder y el del Estado.
El Sr. Jáuregui dijo: que le parecía
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que se estaban precipitándose; y que así él era de parecer que pasaré a una Comisión.
El Señor Nájera dijo: la adición trataba del objeto y que debía admitirse a discusión.
Admitida que fue, dijo el mismo que se había hablado bastante sobre la materia.
El Sr. Martínez dijo: que parece solo se deben tratar los puntos pendientes sin mezclarlos con otras.
El Sr. Nájera dijo: que los otros puntos, ya estaban marcados en la representación.
El Sr. Villaverde dijo: que a adición del Sr. Nájera estaba más generalizada que lo que dijo el Sr. Presidente.
Los señores Jáuregui y Martínez de Castro apoyaron lo expuesto por el anterior.
El Sr. Mora dijo: que nada se podía establecer en orden al Supremo Poder Ejecutivo por la Comisión.
El Sr. Nájera dijo: que ya se entiende que la Comisión solo ha de dar cuenta.
El Sr. Mora insistió que se aclare.
El Sr. Guerra se conformó con lo expuesto por el Sr. Villaverde.
El Sr.
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Jáuregui dijo: que él no estaba equivocó sobre el sentido de la adicción.
El Sr. Mora dijo: que nada se adelantaría, si la Comisión solo se dedicare a los choques presentes, sin prever también los futuros, y que la Comisión debe autorizarse para ambas cosas y das cuenta al Congreso.
El Sr. Guerra (D. Benito) dijo: que era imposible prever los hechos futuros.
El Sr. Villaverde dijo: que se trataba de puntos de hecho, ejecutados ya por el Supremo Poder Ejecutivo.
El Sr. Nájera dijo: que le chocaba que la Comisión tratase de estos puntos.
El Sr. Jáuregui dijo: que el Sr. Mora había hablado en dos sentidos; ya defendiendo la opinión del Sr. Villaverde, ya la del Sr. Nájera; por la cual pidió se leyera de nuevo la adicción del Sr. Nájera, y reprodujo que le chocaba mucho que el Congreso fuera a tratar con el Supremo Poder Ejecutivo.
El Sr. Mora dijo: que no se acuerda haber dicho cosas contrarias, que acaso se había explicado mal.
El Sr. Nájera dijo: que el objeto a la Comisión debía de tratar de lo futuro; pues de lo mandado sobre los Colegiales de San Idelfonso, y partes diarios que el gobernador daba al Supremo Poder Ejecutivo no debía ceder un punto, y que hacía la proposición siguiente lo que no se llegó a verificar, porque en ese momento