Artículo
Autor: Gabriel Reyes Reyes, Teresa Marcela Hernández
Biblioteca: Dialnet
Editorial: Universidad Autónoma del Estado de México
Revista: Revista académica multidisciplinaria de prospectiva de la Universidad Autónoma del Estado de México
No. Ed./ Vol.: Núm. 1
Páginas: págs. 109-113
Pais: México
Año: NA
Idioma: Español
ISSN: 1405-0269
Formato: PDF
Resumen: El cultivo de maíz ocupa 65% del área agropecuaria en el Estado de México, aproximadamente 600 mil hectáreas, sobre las cuales se aplican fertilizantes químicos en dosis crecientes año con año. Este incremento se atribuye a la facilidad de su manejo, así como a la aparente homogeneidad de su distribución y asimilación en el suelo (INEGI, 1986).Durante los últimos 15 años el empleo indiscriminado de estos asroauímicos ha acelerado la desertificación de 70% de las tierras productivas de México, la acidificación de los suelos en casi dos unidades de pH y la pérdida de materia orgánica en 1% (SAIMEX, 1981; Ortiz et. al., 1988; WRI, 1988; Woodgate, 1990; CODEMAALC, 1991).Con base en los anteriores indicadores , en distintas instituciones y en numerosos encuentros a nivel mundial se han hecho propuestas como la aplicación de tecnologías intermedias; entre ellas, la aplicación combinada de abonos orgánicos y fertilizantes químicos constituye una prometedora alternativa para mejorar las condiciones de los suelos y lograr un aumento sostenido en el rendimiento de los cultivos. Por lo que toca a los abonos orgánicos la gallinaza se identifica como el mejor de los estiércoles, tanto por su alto contenido de nitrógeno y fósforo, como por su rápida degradación en el suelo
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